Buenas mis queridas
Valentinas:
Os preguntaréis que hago
tal día como hoy por aquí, pues resulta que hoy he quedado para comer con
Cárol, y me he dado cuenta de el gran personaje que tengo en mi vida y no lo
exploto lo que debiera.
Así que... ¡Bienvenidas
al especial de Cárol!
Cárol es una tía buena de
25 añitos, secretaria en una empresa farmacéutica. Cuando digo que es una tía
buena, no es porque sea mi amiga y la quiera a rabiar, es porque objetivamente
es una de esas zorruscas que dan asco, no hace deporte, come como si no
existiese un mañana y añade a todo lo que puede su adorado y calórico
"dulce de leche". Es alta, de piernas largas y ni un mísero michelín
en todo su estilizado cuerpo. Le gusta la moda y dejar huella cuando va
caminando por la calle, en fin, una de esas mujeres que nos pasamos la vida
criticando porque tiene todo lo que nosotras no conseguimos a pesar de estar
haciendo cinco dietas a la vez.
No toma bebida con gas,
pero no, no es una de esas guapas pedantes, es natural y bastante bastuza
cuando se pone a hablar de sexo.
Cuando te paras a
conocerla te da un poquito menos de asco, porque te das cuenta de que siendo
una mujer espectacular, es una pobre desgraciada en el amor como tú y como yo.
¡No se por donde empezar!
Hay tanto que contar...Bueno, empecemos por el principio:
Cárol tardó en estrenarse
en esto de las técnicas amatorias, siempre fue algo chapada a la antigua, con
deciros que decía que el tanga era para guarras...ahora no lleva tanga, lleva
hilo dental a modo ropa interior y de colores chillones, a gusto de su
policeman particular.
Lo dicho, tardó en
descubrir el gustirrinín del sexo pero cuando lo hizo, obviamente fue con su
primer y eterno novio. El susodicho era el típico perfil de joven pueblerino, y
con esto quiero decir que su único interés eran las fiestas de los pueblos, el
gimnasio, los porros y poquito más.
De la noche a la mañana
este monigote se vio con un pivonazo en las manos, una chica que le pegaba mil
vueltas tanto físicamente como intelectualmente pero... ¡ais el amor
adolescente!
Pasaron los años y el
chavalín se acomodó y dejó de cuidar a nuestra preciosa Cárol, empezaron las
mentiras por dejarla en casa y seguir él de fiesta con sus colegas machomen,
las mentiras sobre la noche anterior o las próximas vacaciones. Lo más triste
de todo es que él no se daba cuenta de que se pilla antes a un mentiroso que a
un ciclao de gimnasio y que Cárol tragó más por él que por ninguno, lo dicho
antes, el amor si adolescente, dos veces ciego.
Hasta que por fin, y
dando gracias a Dios, ella se cansó y lo dejó...En ese preciso momento empezó
el acoso por parte de él y nosotras pasamos a denominarlo como "El
acosador 1".
Llamadas y whatsapps,
mensajes a todas horas y desde diferentes números suplicando cual perrito
faldero que no le dejase blablablá, todas nos sabemos esa historia ¿no?
Le dejaba mensajes
escritos en la roña de los cristales del coche de Cárol, (porque la niña no
destaca precisamente por llevar el coche muy reluciente que digamos) y un gran etcétera.
Hasta que un día recibió un ramo de rosas enorme y precioso, con una carta
metida entre las flores, el paletazo le había enviado un whatsapp previo
avisándole de lo mucho que le había costado escribir esa carta y lo difícil que
le había resultado abrirse y mostrar sus sentimientos. ¿Y sabéis que? Cárol
escribió la primera frase de la carta en google y ¡Tachán! una carta calcada y
copiada de una página web llamada "cartas de amor"... ¿Patético
verdad?
Vale, seguimos.
Un buen día Carol se
quedó con el ordenador de casa más colgado que la ostia y decidió llevar la
torre a una tienda de informática para que lo solucionasen, además le urgía
bastante por temas del trabajo. Cuál fue su sorpresa al entrar en la tienda y
ver a un machote. Cuando entras en una tienda de informática esperas al típico
freak de gafitas y una alopecia notable, pues no, ahí estaba el informático más
guapo de la historia (sin contar a mi churri, claro) y ella toda sudada por
haber tenido que cargar con la torre desde casa.
Parece que el encuentro dio
sus frutos porque se intercambiaron los números de teléfono con la excusa de
avisarle cuando estuviese todo listo, pero todas sabíamos de que iba el asunto,
ese informatiquillo quería meterle todo su pen y hacer un intercambio de datos.
Total, que al cabo de unos días, fue a recoger su torre más arreglada que la
otra vez, por su puesto. El informático le hizo pasar para que viese los datos
que había tenido que extraer de la torre para poder arreglarla, y conforme
Cárol iba pasando fotos con el ratón, su expresión era más ojiplática y más
roja se iba poniendo... ¡Eran todo fotos porno de su guapo y fornido hermano!
Quiero decir, que su hermano las había descargado, no que fuesen fotos porno de
su hermano propiamente dicho, todavía no tengo tanta suerte.
Pues por lo visto, al
informático le gustó la idea de que Carol fuese una guarrilla que le daba al
porno y entonces pasó a convertirse en "el acosador 2"
Hoy por hoy está
felizmente emparejada con su policeman, un chico que también está de muy buen ver,
pero que al resto nos tiene algo mosqueadas porque cada fin de semana, rapta a
nuestra chica en un pueblo de Cuenca. La ha convertido en una gran ama de casa,
gran cocinera de cupcakes y una maruja teje calceta delante de la televisión
mientras ve "mujeres y hombres y polladas máximas"
Para finalizar con este
especial, os contaré que Cárol odia a su actual cuñada por haberle llamado en
un par de ocasiones por el nombre de la ex del policeman, algo imperdonable
según ella.
¡Ah! Y que en las
primeras vacaciones que hizo con el poli, también fue la primera vez para otras
cosas dentro de la pareja, y no, no hablo de sexo anal pero casi...Estaban en
el puerto de una ciudad Balear, cuando un hombre se tropezó y cayó al agua con
una nevera portátil llenita de cervezas, su amado policía, con ese instinto de
orden y ley intentó ayudarle, pero el hombre no soltaba sus cervezas aunque le
fuese la vida en ello. Cárol, sentada en el muelle no paraba de reírse por la
imagen que tenía delante. Por fin, con el hombre a salvo, su chico totalmente
empapado y mirándola con ojitos de enamorado, Cárol, la perfecta y mona Cárol,
se tiró un pedo de los que hacen historia, uno de estos que retumbó contra el
cemento del muelle e hizo efecto amplificador. Tan fuerte fue la súper flatulencia
de mi querida amiga que se quedó blanca, no sé si por la vergüenza o por el
esfuerzo de haber soltado semejante suspiro por el culete.
Ahora si que si, me he
dejado un millón y medio de cosas sobre mi guapita Cárol, pero eso ya otro día,
¿vale?
Nos vemos el domingo que
viene. Os dejo todas las formas de contacto para contarme vuestras opiniones y
valentinadas:
Facebook: valentina en
tacones
Twitter: @valentacones
Email:
valentinaentacones@gmail.com
¡Un besuni enorme
valentinas!
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