Buenas
valentinos y valentinas:
Hace
tiempo que tengo que escribir sobre una valenticena que tuvimos como hace un
mes, pero oye, como que no me sale, no consigo enfocarlo de la manera correcta,
y para hacer las cosas mal…pues no. Así que hoy os voy a hablar de los
valenticonsejos para la vida diaria. Son esos pequeños trucos, que a veces
funcionan y otras muchas no, que utilizamos, básicamente para ahorrarnos unas
pelillas e ir de sanas y naturales por la vida.
No
sé ni por donde empezar porque hay tropecientos mil.
Bien,
hoy mismo, Ari nos ha dicho, que está tan agobiada con el trabajo de fin de máster,
que no tiene tiempo ni de salir a comprar sus súper productos ultra mega
ecológicos y que pasa de sucumbir a las grandes marcas que testan con animales
(¡ole por nuestra Ari!), pues ha decidido recurrir a esos maravillosos y
emblemáticos polvos de talco como desodorante. La verdad que estos polvitos
parecen mágicos, pero engañan más de lo que ayudan.
Como
desodorante Ari nos corrobora que no funcionan una mierda, porque en un
principio te dejan la piel suave y sequita cual culito de bebé, pero en cuanto
te activas (como dice el anuncio de las pérdidas de orina) empiezas a sudar
igual, con la única diferencia de que se te crea una capita pastosa en todo el
sobaquillo.
Elena
nos comentó que se suelen usar para los pelos grasos, dice que se supone que
absorbe la grasa capilar, pero Ari, que lo probó, dice que nanai, que ella se
lo puso, y que se le creó la misma capita pastosa del sobaco pero que le costó
la misma vida quitárselo de la cabeza…se le formaron unos zurraspillos al
mezclarlo con el champú y no había dios que se deshiciese de ellos.
A
su favor diré, que yo me depilé hace unos días con la cuchilla, porque ya era
una semihumana peluda y tocaba irse de camping y como comprenderéis no era
cuestión de ir a bañarme a un río con semejantes pelambreras, porque hubiese
sido la medusa negra del Turia. Total, que me depilé y a los pocos días, como
es habitual en mi piel asquerosamente ultra sensible, me llené de granitos y de
una irritación muy pero que muy dolorosa y los polvos de talco me están
salvando de que muera despellejada a tiras, porque cuando empiezo a rascarme es
como las Pringles, cuando haces pop, ya no hay stop.
Andrea
también los usa con resultados favorables, se los echa debajo de sus ultra
tetazas para que cuando le sude el entreteto no se le escalden las merluzas,
eso sí, dice que todo el día le sube un tufillo a vieja que le marea, porque es
bien sabido por todos que los polvos de talco con su correspondiente olor, se
asocia con las abuelitas…no se sabe bien porqué.
Otro
valenticonsejo poco aconsejable es…bueno, os pongo en situación, una cita erótico
festiva, una cena, una depilación brasileña de última hora y el típico temor de
las mujeres de ese olor tan íntimo…A ver, que yo soy muy limpita, pero cuando
tienes una cita y sabes que esa noche va a ser la primera vez que toca
chicharrón del bueno, pues te empiezas a emparanoiar pensando en si olerás a
pescadilla o no. Pues bien, después de una puesta a punto en toda regla, no se
me ocurre otra cosa que ponerle perfume al tanga. Imaginaos que botes y
resoplidos fui dando yo por todo el pasillo cuando me coloqué el tanga en la
zona recién depilada, vamos, parecía una loca pasada de vueltas dando saltos en
un festival de música heavy. Así que nunca mais, valentinos y valentinas, no acerquéis
nada que contenga alcohol a vuestras partes más preciadas y aún menos si no han
pasado ni 24h desde la última depilación.
Julia,
mi querida valentihermana, cuando era una adolescente granuda, como debe ser,
utilizó todo tipo de técnicas para hacer desaparecer las tan temidas
espinillas. Mezclaba polvos de talco con agua en un tarrito y se aplicaba la
masilla en los granos, se ponía pasta de dientes o se exfoliaba la cara con
agua y sal gorda y luego se frotaba alcohol etílico por la cara. No se si
funcionó o no, lo que me parece raro es que no se le cuartease la cara y se le cayese
a trozos la piel. No, no solo no se le destrozó, si no que parece más joven que
yo a pesar de tener casi cinco años más, quien sabe, quizás esa mezcla de
potingues sea una fórmula contra el envejecimiento facial.
Nati,
nuestra deportista por excelencia, se metió en una investigación de la uni para
comprobar no se que ostias, pues bueno, cada cierto tiempo tenía que dejar una
muestra de saliva en un algodoncillo que mascaba cual hamster…oye, yo no se si
sería el algodón o que, pero esa temporada estuvo más fuerte que Hulk y no, no
me refiero a sus mandíbulas, me refiero a sus brazos etc. Que te pegaba una
leche y te tumbaba sin esfuerzo. Podríais probarlo y nos contáis si es por el
algodón o que, aunque yo solo de pensarlo me da una tiricia que me muero.
Elena
tiene un pequeño problema intestinal, bueno, no sé si se puede contar o no,
pero como aquí estamos en familia, no creo que haya problema. Resulta que
Elenoide es una tía de culo duro, es decir, que va al W.C más o menos cada
festivo, y digo cada festivo porque cuando va al baño se monta una fiesta
nacional por ella.
Pues
según tengo entendido ha probado de todo, cucharadas de aceite de oliva en
ayunas, kiwis para desayunar, fibra, ciruelas y una larga lista de consejos que
al menos en ella, no han dado resultado.
Yo,
que ya conozco a esta reina desde hace unos años, se perfectamente distinguir
si ha conseguido soltar sus cuatro pelotillas cual oveja o no, porque como dice
ella, llega un momento que se siente repleta de merderol. Quizás por eso le
haga tanta gracia hablar de la caca y todas sus formas, porque la lleva muy
dentro, aunque bueno, yo también me parto la caja hablando de esto y soy más
puntual que un reloj suizo.
Si
conocéis alguna solución para estos atascos, poneros en contacto con nosotras a
través de valentinaentacones@gmail.com, el humor de Elena os lo agradecerá y
seguro que su novio también.
Por
último está nuestra Carol, la divinity, no para de aconsejarme movidas para
reparar el pelo y dejarlo más reluciente y bonito que en los anuncios, pero le
funcionará a ella, porque a mi lavármelo con cerveza solo me da resaca. Me he
puesto mascarilla en el pelo durante mil horas y sigo teniendo el pelo igual de
quemado, así que reina Carol, no se para otras cosas, pero como consejera
capilar no, por suerte no te dedicas a ello profesionalmente como bien te dijo
mi peluquera.
Bien,
dicho esto, y con mil consejos más en el tintero que los dejaremos para una
segunda ronda, me despido hasta otra valentientrada.
Un
beso gigante mis queridos pocholitos, ¡os adoro!
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valentina en tacones
Twitter:
valentacones
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